En determinadas circunstancias, puede que una mujer decida o le aconsejen que no amamante a su hijo y que, sin embargo, pasado un tiempo, opte pordarle el pecho al bebé. Este proceso recibe el nombre de relactancia. La lactancia inducida, por su parte, se refiere a aquellas mujeres que no han pasado por un embarazo ni han dado a luz y que, sin embargo, pueden amamantar al bebé que han adoptado.
Los procesos no son fáciles, y exigen que la madre tenga mucha paciencia y dedicación. Esto se ve compensado no sólo por las ventajas que aporta la lactancia materna en términos de alimentación, si no por la capacidad para estrechar el vínculo entre la madre y su bebé.
Si optas por la relactancia o la lactancia inducida no te desanimes, es normal que el bebé al principio se resista y que tarde diez días o más en aprender a succionar adecuadamente. Las primeras semanas pueden ser muy estresantes, pues la leche te subirá despacio y tendrás que ofrecerle el pecho al bebé con mucha frecuencia. Además, tendrás que recurrir a suplementos alimentarios para completar la dieta del bebé.
Mas información sobre la tema en http://www.aeped.es/pdf-docs/relactacion.PDF
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